Hace dos semanas que Sonia Ferrer y Sergio Fontecha dieron el ‘Sí, quiero’ en Madrid, luego de un año de perfecta relación. El evento tuvo lugar en la urbanización El Patio de Ángela, un ambiente natural y rústico, acorde al estilo de vida de la catalana. Una noche soñada rodeada de quienes más les quieren para festejar su amor. Luego de eso, llegó el momento de armar las maletas para la luna de miel, un viaje hasta el paraíso africano de Kenia y Zanzíbar.
‘¡HOLA!’ fue parte de la ceremonia y dio todos los detalles, donde se revelaron sorpresas y, por desgracia, un percance que estuvo a punto de arruinar la fiesta de sus vidas. El vestido fue un diseño exclusivo que combinaba encaje con apliques colocados a mano y un gran escote. Durante meses, los novios practicaron junto a una pareja de baile profesional para poder recrear el “Dirty Dancing”, una de las escenas más icónicas del cine.
Por desgracia, desde la revelación del vestido hasta el gran baile tuvieron que esperar. Una lluvia de último minuto fue la invitada menos deseada de la ceremonia, pero, como siempre, Sonia Ferrer se mantuvo positiva.
La tormenta que estuvo a punto de arruinar el mejor día de Sonia Ferrer
Hacía semanas que la presentadora controlaba, rigurosamente, el parte meteorológico para la fecha de su boda. Con las olas de calor que azotaban gran parte de la península, los nervios de que algo pudiese salir mal le sacaban el sueño. Es por eso que la pareja llevaba a cabo la ceremonia por la tarde, pero no se esperaban que en el cielo comenzasen a formarse nubes oscuras.
Así, de un minuto a otro, una tormenta de verano arrasaba el lugar. Muchísimo viento durante dos horas que obligó a los protagonistas y a los invitados a buscar refugio y esperar. «Reaccioné bastante bien, había que resolver y lo primero era desmontar todo rápido». El viento hizo que una gran rama cayese justo en el sitio que, hasta hace unos momentos, ocupaba Laura Vricella, hija de Sonia.
Por fortuna no hubo que lamentar herido y dos horas después los trabajadores pudieron volver a montar todo para dar comienzo a la gran ceremonia. Como siempre, Sonia Ferrer trata su vida con humor y agradecimiento por todas las cosas buenas que la rodean. “He tenido mucha suerte, sobre todo después de ver cómo mi hija se libró por los pelos de que se le cayese medio árbol encima”.
