Cada semana que pasa, entendemos por qué Rocío Carrasco decidió hacer una docuserie con su vida. La hija de Rocío Jurado ha pasado por tantas cosas a lo largo de los años que son dignas de una película de Hollywood. En la última entrega de «En el nombre de Rocío», la mediática desvela un dato hasta ahora desconocido sobre su madre y una estrategia clave contra Antonio David Flores.
Han pasado 16 años del fallecimiento de “La más grande” pero los detalles de su herencia y las idas y venidas sobre la repartición de su patrimonio aún continúan generando disputas dentro de la familia. Tal como lo desvela la propia Rocío Carrasco en el último episodio de su serie, la artista había redactado un testamento secreto que la dejaba prácticamente sin nada.
Dicho documento había permanecido en las sombras hasta ahora. En él, Rocío Jurado otorgaba una parte importante de la herencia a sus nietos, Rocío y David Flores, y dejaba como administradora total de sus bienes a Gloria Mohedadano hasta que los jóvenes cumplieran la mayoría de edad.
«Quiere decir que yo para pagar el colegio de mis hijos le tenía que pedir dinero a Gloria», repasa la mediática. Además, Jurado le daba a su hermana el chalet «Mi abuela Rocío», así como de un dúplex en Chipiona. Amador Mohedano recibiría la misma nave ubicada en San Sebastián de los Reyes, y a Juan de la Rosa, su amigo íntimo, le dejaba la finca de los Naranjos y la mitad de ‘El Pinar’. Por último, “Yerbabuena” se quedaba en las manos de José Ortega Cano.
Antonio David Flores, el motivo por el que Rocío Jurado castigaba a Rocío Carrasco
«Esto es una forma de desheredarme. Aquí no queda ningún bien por repartir», analiza Carrasco. “Este testamento es antes de que vinieran José Fernando y Gloria Camila, lo que quiere decir que yo estaba con el Ser”. Recordemos que “el ser” es el apodo que la mediática le puso a Antonio David Flores para evitar decir su nombre.
«Creo que era su forma de castigarme, pero no, es su forma de asegurarse de que ese ser no iba a tocar absolutamente nada que fuera de ella y como yo estaba con él, yo tampoco», reflexiona finalmente Carrasco. Sabemos que “La más grande” no sentía ni un mínimo agrado por el exguardia civil, y habría llegado a estos límites con tal de evitar que toque su patrimonio.
Finalmente, Rocío Jurado decide redactar otro testamento, en el que nombra como heredera universal a Rocío Carrasco. «Mi madre no le deja nada a mis hijos porque no quiere que el padre lo toque. Mi madre me levanta el castigo el 17 de septiembre de 2004», concluye la mediática.
