El hecho de que Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa sean el centro de foco mediático estos últimos días no se debe a que haya pasado nada en su relación, pero si han pasado algunas cosas que afectaron su ritmo de vida. Desde que “Tamara Falcó, La Marquesa” llegó a Netflix el pasado 4 de agosto no se para de hablar de la vida de los involucrados.
De hecho, al mostrar su vida a detalle, nos hemos enterado de las intimidades de la familia y los vimos en situaciones cotidianas en las que no les imaginábamos. Pero lejos están ellos de vivir la vorágine con presión y ansiedad: están disfrutando de sus vacaciones en Marbella, descansando antes de volver a la rutina, en un alojamiento bastante distinto a un hotel de lujo.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa paran en la clínica Buchinger
Si bien Marbella es el sitio más elegido por los famosos para pasar sus vacaciones, lejos estuvo la pareja de alojarse en alguno de los reconocidos hoteles de la zona. De hecho, su elección causó sorpresa, pues nadie espera que la clínica Buchinger sea el sitio ideal para pasar las vacaciones. A la espera de encontrar la calma lejos de Madrid, la pareja asistió a esta clínica de bienestar el pasado 15 de agosto.
Isabel y Mario, además de compartir tiempo juntos, están llevando a cabo el método de ayuno terapéutico. “Una alimentación consciente, el ejercicio físico y la inspiración espiritual completan el programa y contribuyen a la regeneración del cuerpo y el espíritu, tanto como los tratamientos físicos y el ejercicio en la naturaleza”.
El estreno de la serie documental de Tamara Falcó en Netflix trajo gran exposición en su vida, por lo que esta estadía en la clínica sirve para recargar energías. Además, están intentando mantener el perfil bajo y hacer salidas discretas, para evitar volver a ser el foco de atención en una estadía que busca sacarlos de la agitada rutina.
